jueves, 2 de octubre de 2014

Gordofobia y enaltecimiento de la obesidad

Los cánones de belleza, además de variar en el tiempo y en el espacio a lo largo de la historia, nos afectan a muchos. Hay quien sabe ser fuerte e ir más allá de lo impuesto, y quien no lo sabe y los acepta, que además son mayoría. Así, en España y en ya entrado el siglo XXI se dicta que la mujer debe ser delgada, pelo largo, pechos no pequeños; y el hombre debe ser delgado, fuerte, pelo corto...

Por nuestras circunstancias biológicas, la delgadez sobre nosotros mismos sí es algo que podemos controlar, no los cánones (podemos ignorarlos, pero se requiere cierta fuerza que no se suele tener). Y aquí entra el segundo factor: las situaciones de riesgo. Y es que estar excesivamente delgado se torna peligroso. Pero lo contrario también.

La obesidad es un problema que afecta a millones de personas, siendo los niños los más perjudicados. Aumenta la probabilidad de toda clase de enfermedades coronarias y en general disminuye la calidad de vida. Estar obeso no es una situación deseable. No al contrario la forma de llegar a serlo: no hacer ejercicio y comer mucho y mal, circunstancias para algunos placenteras.

¿Se quiere decir con esto que todos tienen que estar delgados? No. A veces, hay quien considera que tener lo que se llama "unos kilitos de más" es estar gordo, y eso no es así. Tanta talla 36 nos hace pensar que la 40 es estar gordo, y para nada lo es.

Aquí es el punto de inflexión: ¿debe la sociedad adaptar sus cánones de belleza a las personas obesas que no quieren solucionar su horrible situación? NO. 

Quien está obeso se hace daño a sí mismo y que no sea sexualmente atractivo es una circunstancia que favorece que no haya más obesos. Movimientos como #StopGordofobia banalizan con la obesidad y con sus terribles efectos en la salud, solo por su cruzada contra la sociedad que les rechaza.

Dediquen sus fuerzas para mejorar su calidad de vida adoptando unas hábitos de vida saludables.

Custodia Compartida para unos y otros

La mayoritaria custodia que se otorga es la monoparental: solo un progenitor se queda con el hijo. Se trata, por lo tanto, como un "bien" más a repartir entre los progenitores. Debido al contexto social en el que vivimos, a nadie escandaliza que casi siempre sea la madre la ganadora (porque poder vivir con tu hijo es claramente un premio de increíble valor) de tal custodia.

Sin embargo, sorprende que las principales corrientes feministas actuales (o como lo llamo: hembrismo, para no molestar a quienes luchan por la igualdad de verdad y se autodenominan feministas), en vez de luchar contra este canon que les impone el supuesto patriarcado ("eres mujer, así que tienes obligación de cuidar al hijo")... ¡lo defienden! ¿Por qué lo hacen?

Muy fácil:

  • Quien tiene la guarda y custodia del menor o menores suele quedarse con el hogar familiar.
  • Quien tiene la guarda y custodia suele recibir pensión alimenticia.
  • Quien tiene la guarda y custodia pasa casi todo el tiempo con los menores y puede manipularlos.

¿Se ve bien claro por qué consideran a la Custodia Compartida como "violencia de género"? Porque pierden el chollo de tener la casa pagada entre los dos, solo para uno; y de no tener que pagar los gastos de los menores.

En cambio, quienes luchan por la Custodia Compartida (¡hay hombres y mujeres!) no lo hacen por una casa, lo hacen porque quieren seguir estando con sus hijos, poder seguir educándolos, verlos crecer; sin quitarles a los menores al otro progenitor. Lo hacen para que los hijos sigan teniendo madre y padre. No madre y hombre que viene a verme los sábados.

Esa es la diferencia entre luchar contra la Custodia Compartida y luchar por la Custodia Compartida.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Respuesta a Miguel Lorente y su sensatez

El otro elemento característico es el DESCRÉDITO Y ATAQUE DE LAS PERSONAS QUE SE POSICIONAN A FAVOR DE LA IGUALDAD. La idea es sencilla, si se desacredita a esa persona lo que diga o proponga no tendrá valor, por eso nunca faltan los insultos personales

Miguel Lorente, profesor de la Universidad de Granada. El perfecto ejemplo de ver que la peste hembrista afecta a toda clase de personas independientemente de su nivel educativo. Contexto: se autodenomina "defensor de la igualdad" y a los defensores de la igualdad nos llama "posmachistas" con un complicado conjunto de falacias. En uno de sus artículos, dice lo arriba citado: es un elemento característico el descrédito que realizamos con insultos personales.

Señor Lorente, es para mí un placer aceptar que usted me defienda, puesto que yo soy de verdad un defensor de la igualdad y he sufrido toda clase de insultos personales por culpa de hembristas: "gilipollas", "subnormal", "eres una mierda", entre otros. Al menos que, en su visión sesgada, solo sea capaz de ver los insultos que profieren los "posmachistas" y, mágicamente, no vea todos los que realizan hembristas. 

Tranquilo, yo le entiendo. Usted no se atreve a decir absolutamente nada contra una hembrista, por mucho que nos insulte. Solo existe un tipo de insulto: el que realiza un hombre a una mujer, no el resto. Solo un tipo de agresión. Solo un tipo de acoso.

Sí, señor Lorente, existen posmachistas que no son capaces de comprender que una mujer está capacitada para insultar, agredir, acosar... Existen posmachistas: USTED.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Hembrismo o feminismo? (parte 2)

En el anterior artículo sobre hembrismo o feminismo intenté explicar el lío de conceptos al respecto, e hice especial hincapié en la palabra "feminismo" y sus vertientes. En este, voy a por la palabra "hembrismo".

Mientras buscábamos una palabra que definiera bien el feminismo actual, nos topamos con que "feminismo" significaba muchas cosas y "feminismo radical" nos dejaba en el limbo al no saber qué decimos con "radical". Por suerte o por desgracia, el idioma corre a toda velocidad y nos da un término: hembrismo.

El hembrismo podríamos definirlo como esas corrientes que, dentro del feminismo, se pasan ya un poco de rosca: exigen linchamientos a inocentes, considera que el límite entre qué humano se puede matar o no matar es algo que solo incumbe a la mujer (y no un complicado tema filosófico), están a favor de discriminar a personas solo por ser hombres o están contra la custodia compartida, por poner varios ejemplos. La etimología está clara: cogemos "machismo" y le damos la vuelta. Sin embargo, que las personas empecemos a usar una palabra no hace que formalmente esta exista: la palabra hembrismo no existe. No lo busques en el diccionario: no viene. Así pues, utilizamos una palabra que no está bien definida y nos puede traer problemas. ¿Cuándo se es hembrista? Imaginemos que una mujer sí está a favor de la presunción de inocencia y en contra de la discriminación, pero también en contra de la custodia compartida, ¿ya es hembrista?

No hay límites o fronteras, y salvo los activistas de siempre (que son muy pocos sobre el total), hay gente que tiene rasgos atribuibles a ser y a no ser hembrista. Pero, al menos, tiene mucha menos confusión al no tener un siglo de historia y estar mucho mejor orientado.

Es aquí donde los hembristas entran a jugar a la lucha de palabras, y nos dicen "hembrismo no existe, es una palabra inventada por el patriarcado para desprestigiar la lucha del feminismo". ¿Entonces, qué hacemos?

Resumen final de todo este tostón:
  • Usar feminismo: molesta a quienes se identifican como feministas pero en verdad luchan por la igualdad. Es la palabra que, diccionario y enciclopedia en mano, deberíamos utilizar; Aunque referencia muchos movimientos distintos.
  • Usar hembrismo: molesta a quienes se identifican como feministas pero en verdad luchan exclusivamente por la mujer (a veces solo por cierto tipo de mujer) y contra el hombre. La palabra no existe como tal de forma oficial.
Como dije, las palabras no son mi problema. Mi problema es la injusticia. Por eso hemos decidido utilizar hembrismo, que queda más claro y hay menos discusiones al respecto (según mi experiencia).

martes, 23 de septiembre de 2014

Microrrespuesta a la cultura de la violación

He leído en el blog de Miranda (una feminista empedernida) una referencia a ejemplos de lo que es la cultura de la violación. Aparte de seguir con la misma cantinela de querer seguir destrozando la vida a los jóvenes y menores en el caso de la no violación, nos "invita" a encontrar un hombre que pueda decir un "NO" rotundo a 3 sencillas preguntas. Como siempre, no les sigo el juego (aunque sí, yo digo NO a las tres).

Pero no es la respuesta que quiero dar. Quiero contar mi experiencia al respecto de esas mismas tres preguntas, porque es un ejemplo de cómo los problemas en las mujeres son dignos de observar, y los mismos en hombres son irrelevantes, a nadie les importa, o ni siquiera son problemas.

Algo curioso teniendo en cuenta la poca cantidad de denuncias, la poca cantidad de condenas por violación, y la poca cantidad de hombres que podrían contestar NO ROTUNDO a estas tres preguntas. Si es que hay alguno...
1.- Te has acostado alguna vez con una mujer semi-inconsciente?
Me he acostado estando semi-inconsciente con una mujer que no lo estaba. Absolutamente nadie la considera violadora o abusadora sexual. Ni siquiera tú que escribiste esa pregunta, viendo que solo te importa cuando es la mujer la que está en ese estado.

2.- Has insistido hasta la saciedad para tener sexo o para hacer alguna práctica sexual en concreto, hasta que te han tenido que dar un manotazo o ella se ha enfadado?
Han insistido hasta la saciedad para tener sexo conmigo, y en una ocasión hasta que me enfadé; sin embargo siguió insistiendo y le di un equivalente a "manotazo" (la empujé y se cayó debido a un escalón que había justo detrás), que no le causó daño alguno aparte de la bebida que se le derramó por encima (no fue un Kame-Hame-Ha). Me echaron del lugar en el que estaba y varios hombres y mujeres intentaron agredirme por lo ocurrido (aunque por suerte yo también tenía amigos y lo impidieron). Soy hombre, claro está, yo no debería ir dando manotazos por ahí porque según el hembrismo yo soy opresor, incluso cuando intentan abusar de mí. Nunca he agredido a nadie, sencillamente estaba en estado de semi-inconsciencia, pero mantenía consciencia suficiente para saber lo que NO quería hacer.

De nuevo, nadie la considera abusadora sexual o violadora o acosadora ni nada por el estilo. Solo a mí me consideraron maricón (si es que eso es un insulto, para mí no, pero para quien lo dijo sí) y violento.

3.- Cuando una mujer te ha rechazado sexualmente la has insultado, vejado, te has vengado de alguna manera?
Cuando he rechazado a alguna mujer he sido insultado y vejado por ella (o lo que ella creía por insultos y vejaciones), diciéndome "maricón de mierda", "no eres un hombre" o incluso una de ellas me escupió. En otra ocasión, otra me insultó públicamente en las redes sociales del momento, lo cual me molestó bastante pero, claro está, no pude tomar ninguna medida ni nadie la consideró acosadora ni nada así.

¿Hembrismo o feminismo?

"El hembrismo no existe, es el patriarcado quien ha inventado ese concepto"
"El feminismo no es eso, el feminismo es igualdad, lo que dices es hembrismo"

Todo el día la misma discusión. O el hembrismo no existe, o el hembrismo existe. Quizá nos convenga aclararlo. Y para eso vamos a utilizar esta entrada, que será en dos partes.

El concepto feminismo hace referencia no solo a uno, sino a varios movimientos de distintas formas a lo largo de la historia y del mundo. Feminismo hace referencia a la mujer, está en la propia palabra "femĭna" y es una lucha por la mujer. Está claro, no es una lucha por la igualdad. Quien no ha leído mucho al respecto y se ha dejado llevar por lo que le dicen, hará directamente una igualdad, valga la redundancia, entre igualdad y feminismo. En cambio, hace tiempo esto tenía cierto sentido: si la mujer no tenía derecho a voto y el hombre sí, pedir que la mujer pueda votar es algo que es por las mujeres y a su vez por la igualdad.

Como todos sabemos, esto degeneró convirtiéndose en lo que es ahora. Turbas buscando linchar a jóvenes y menores que no han hecho absolutamente nada. Es una vergüenza para tantas luchadoras del pasado que sí tenían unos ideales.

Sin embargo, no podemos reducirlo todo al feminismo actual. El concepto nos refiere a muchas cosas distintas y si lo utilizamos, nos referimos a todas ellas. Ahí entra el juego el contexto. No hay que ser un fiera para entender que si alguien dice "el feminismo lucha en contra de la Custodia Compartida", desde luego no se está refiriendo al feminismo de Simone de Beauvoir.

Así que a la pregunta: ¿es feminismo? La respuesta es: SÍ. Sin embargo, hay gente que asociar el vómito de ahora con lo que llegó a ser el feminismo le parece ofensivo (y con razón). Por ello, no pasa nada por utilizar otras palabras. No es un problema para los que luchamos por la igualdad usar otras palabras, ahí entra el juego "hembrismo", que lo dejamos para la siguiente parte.

Feminismo radical es un concepto que aparentemente podría servir. Sin embargo, "radical" significa "de raíz", y al decir eso casi estaríamos evocando a lo que fue el feminismo en su nacimiento, que fue algo completamente distinto, tanto en causa como en contexto histórico, a lo que hay ahora. "Radical" también puede apelar (bonito idioma el nuestro) a intransigencia, ¡que lo define a la perfección! Pero solo es una de sus acepciones, por lo cual seguimos en las mismas y puede seguir dando problemas.

En definitiva y en resumen. El feminismo SÍ es esto. Pero no tenemos ninguna necesidad de molestar a quienes no lo crean. Que lo llamen feminismo, hembrismo, feminismo radical, feminazis, femitontos, es lo de menos. Nuestro problema es la injusticia, no el nombrecito.

Respuesta a "Proyecto encuentra una hembrista"

Mirar lo que interesa y no todo lo que ocurre es común en toda doctrina, y evidentemente el hembrismo no es nada especial al respecto. He recibido una absurda entrada en un blog "invitándonos" a encontrar "una hembrista" y a una supuesta "sociedad hembrista". He decidido (como es normal) no seguirles el juego, pero sí analizar algunos de sus puntos, para demostrar lo fácil que les resulta manipular. Lo fácil que les resulta ver partes interesadas en vez de partes completas.

Aquí está el artículo del que hablamos: http://mirandaescribe.blogspot.com.es/2013/11/proyecto-encuentra-una-hembrista.html No os molestéis en contestar allí, la administradora borra los comentarios que no van en la dirección que a ella le gusta.

Me he quedado con los puntos pares por no hacer muy extenso el artículo. Otro día me pongo con el resto de puntos.

2.- En un estado hembrista las mujeres abortaríamos selectivamente a los hombres,
Esto se lo saca de la manga. Se inventa un mundo imaginario y por lo cual puede poner la gilipollez que se le antoja. Pasemos de este punto.

4.- En un estado hembrista vosotros inventaríais la gastronomía y nosotras os deconstruiríamos los platos para llevarnos la fama de su autoría.
Bien, ya hacemos algunas referencias a la actualidad. Nos da a entender que actualmente las mujeres inventan la gastronomía y los hombres robamos su autoría. Un insulto a tantos hombres chefs que hacen arte en la cocina tratándolos de plagiadores, y a tantas mujeres chefs que también lo hacen a las que ignora. Y reducir toda la gastronomía a lo que hacen el 50% de la sociedad.

6.- En un estado hembrista os pondríamos fotos de Brad Pitt desnudo hasta en el champú para recordaros a todas horas que sois unos GORDOS.
Esto ya existe

8.- En un estado hembrista habría muchos hombres histéricos. Especialmente los que se quejaran.
¿Cuando pidan linchar a cinco mujeres inocentes, dos de ellas menores de edad, de realizar una violación que nunca ocurrió y que el propio hombre reconoció que inventó? Pues sí, serían llamados histéricos, ¡qué sorpresa!

10.- En un estado hembrista miles de varones en lucha por su igualdad serían acusados cada día de fascistas, nazis y totalitarios, por el simple hecho de reclamarla.
Sí, serían llamados fascistas, nazis y totalitarios cuando quisieran destruir el principio de presunción de inocencia para poder linchar a 5 jóvenes mujeres, dos de ellas menores de edad, que aparece en toda ley de los estados no fascistas, no nazis y no totalitarios, en la Constitución Española, en la Convención Europea de Derechos Humanos y en la Declaración Universal de Derechos Humanos.